Begoña Gómez es una simple cortina de humo.
Alfonso Ussía, en su tribuna de este 15 de marzo de 2024 en el periódico ‘El Debate‘, considera que el poder que tiene la mujer del presidente del Gobierno lo tiene, precisamente, por su condición de esposa de Pedro Sánchez, pero que a fin de cuentas, cuando haya que depurar responsabilidades, el tiro judicial debe picar más alto:
Leo en diferentes medios que la Guardia Civil aguarda la autorización para investigar los tejemanejes de Begoña Gómez. La espera promete ser larga y sin fruto. Begoña Gómez no está aforada. En España, la mujer del presidente del Gobierno, y si se diera el caso, el marido de la presidente, carecen de privilegios.
Pero Begoña Gómez es, simplemente, la mujer del presidente del Gobierno. Puede influir en el cambio de cortinas y tapicerías de la Moncloa, en el orden interior, en la organización doméstica y en el funcionamiento de su servicio, pero nada más. Si se diera el caso de que el presidente, su marido, decidiera adquirir un perro de compañía –o un gato, o un papagayo, o un cerdito vietnamita–, está constitucionalmente autorizada a elegir la raza del perro o el gato, el plumaje del papagayo o el ejemplar más gracioso de cerdito del Vietnam. Ahí terminan sus privilegios oficiales.
Subraya que, evidentemente, lo de tomar parte en negocios es algo que, en el caso de la esposa del inquilino de La Moncloa, ni se contempla, al menos sobre el papel:
No puede intervenir en negocios, influencias mercantiles ni acuerdos empresariales desde su condición de esposa del presidente. Sus contactos con Air Europa y su contratación como directora de una cosa inventada para ella como el Africa Center del Instituto de Empresa, son suficientes motivos para poner en duda su sentido de la ejemplaridad. Más aún, si sus gestiones presentan un saldo tan positivo e inmediato.
Entiende que la Benemérita podría indagar por varias vía, y no solo por la de Begoña Gómez:
Si la Guardia Civil no obtiene el permiso para investigar a quién está en boca de todos, la Guardia Civil podría iniciar esa investigación preguntando a los empresarios que confiaron en ella para abrir muros y horizontes de negocio. Don Javier Hidalgo podría aportar informaciones necesarias y precisas. Y también los altos representantes del Instituto de Empresa y el Africa Center, que mucho me temo haya reducido el espacio de sus negocios a un solo país, pasando a ser denominada la sociedad como «Morocco Center». Entre unos y otros aportarían a la Guardia Civil informaciones más precisas que las emergidas de los chismes y los avances periodísticos incompletos.
Para Ussía, el verdadero miedo de Pedro Sánchez se encuentra en que la Justicia acabe por hacer su trabajo:
Y si, con posterioridad a esas investigaciones, se deduce que ha abusado de su condición de ‘mujer de’ para influir en negocios no del todo cristalinos –y aunque fueran cristalinos, que a ella por su condición le están vedados y vetados–, el permiso sobra. En tal caso, sus nieblas tendrían que ser disueltas por la acción de la Justicia, que es el terror de Sánchez. Y lo entiendo, aunque no me mueva ni un centímetro hacia los espacios del consuelo.