Dice el clásico latino que explicación no pedida, acusación manifiesta.
Lo cierto es que al comunicador estrella de la COPE, Carlos Herrera, no se le escapó un detalle claro.
En su editorial en ‘Herrera en COPE‘, el periodista detectó un nerviosismo inhabitual en Pedro Sánchez al cambiar su estrategia con los medios de comunicación, a los que normalmente trata de dejarlos en la estacada y salir de los sitios sin hacer declaraciones.
Pero tras el pleno en el Congreso de los Diputados del 21 de noviembre de 2024, y ya conocidas las declaraciones de Víctor de Aldama en la Audiencia Nacional, el líder del PSOE salió a hablar:
Pedro Sánchez tiene un problema serio. Y la prueba la tenemos en que lugar de esconderse como hace habitualmente. Ayer lo vio tan mal que se fue el encuentro de la prensa para tratar de parar el golpe con una declaración en la que intentó disimular la úlcera de estómago que debe llevar por dentro.
O sea que ahora Sánchez ha pasado de no saber quién era Aldama, a pasar a hacerse fotos con él, a tenerle muy calado a saber que es un personaje al que no hay que tener en cuenta y tal y tal. Tiene toda la razón. Es el argumentario de libro que yo utilizaría si hubiera sido Sánchez.
Lo que a Carlos Herrera le pareció alucinante fue que Sánchez se refiriese a las palabras de Aldama como una «inventada»:
Bueno, la inventada fue la de Sánchez cuando dijo que se encontró por casualidad con Aldama. En la zona reservada del mitin del PSOE no podía estar nadie, que no tuviera muy buenas relaciones con el PSOE. Es lo que dijo a Aldama al juez. Claro, Aldama explicó que fue Sánchez, el que pidió que le invitaran al mitin, que quería conocerle.
El director de ‘Herrera en COPE’ aseguró que aquí quien tiene un problema severo es el propio Pedro Sánchez tras la bomba de racimo que soltó en sede judicial diciendo que a José Luis Ábalos le había abonado 400.000 euros, 100.000 a Koldo García o 15.000 a Santos Cerdán en un bar de la calle Ferraz:
O sea, Sánchez tiene un problema porque Aldama viene a dar a entender que el presidente podía estar informado de todo el tejemaneje que se traía a la trama corrupta infiltrada. Y esa es la bomba de racimo que ayer soltó Aldama, que tuvo para todos empezando por Sánchez y siguiendo por otros.