Baudelaire, mi compañero de armas en la lista negra de poetas malditos, decía que «no hay gobierno más razonable y asegurado que el de la aristocracia; monarquía o república basadas en la democracia son igualmente absurdas y débiles».
Claro que para poder entender el verdadero sentido que posee la frase del poeta, habría que olvidarse del significado histórico de la palabra aristocracia, para rescatar su concepto original cuando nació en la Antigua Grecia.
La ´ARISTOCRACIA´ era, en la Antigua Grecia, ´el gobierno de los mejores´; es decir, el gobierno de aquellos miembros de la sociedad que por sus cualidades morales, intelectuales, y físicas, destacaban sobre el resto de los ciudadanos.
Era la ´ARISTOCRACIA´ la mejor forma de gobierno según Platón.
En un principio el sistema funcionó bien, hasta que éstos, los aristócratas, acabaron convirtiéndose en una casta hereditaria y endogámica, por lo que el ´sistema´ fue pervertido en su raíz, dando lugar a todo tipo de absurdos, abusos e injusticias.
A partir de entonces los aristócratas dejaron de ser los mejores, para convertirse en el ´lobbie´ de los más ricos y poderosos, por lo que la ´ARISTOCRACIA´ (gobierno de los mejores) acabó por convertirse en una encubierta ´PLUTOCRACIA´ (gobierno de los ricos).
La tan cacareada ´DEMOCRACIA´ actual, (gobierno del pueblo), hace tiempo que degeneró en ´PARTIDOCRACIA´, (gobierno de los partidos), al haberse pervertido el sistema en su esencia, dando lugar a la aparición de una nueva clase dirigente, la endogámica ´LA CASTA POLÍTICA´, cuyos miembros, una vez engarzados a los pezones de la cosa pública, ya no sueltan teta, ni con garrotazos en la nuca.