La noticia corrió como la pólvora: Jackson Rodríguez, defensa lateral izquierdo del Club Sport Emelec y una de las jóvenes promesas del fútbol ecuatoriano, ha visto cómo la violencia que azota su país le golpea en lo más íntimo. Su esposa y su hijo de tan solo cinco años fueron secuestrados la madrugada del 23 de abril de 2025 en su propia vivienda, situada en una urbanización del norte de Guayaquil, una ciudad cada vez más asediada por el crimen organizado.
Poco después de las 2:50 de la madrugada, un grupo de hombres armados irrumpió en el domicilio familiar. No fue un robo improvisado: los delincuentes accedieron por la garita del conjunto residencial, forzaron la puerta principal y se dirigieron directamente hacia el dormitorio. “Cuando escuché los ruidos, me escondí debajo de la cama”, relató el propio Rodríguez a los agentes. Tras preguntar por él y recibir como respuesta que no estaba presente, los secuestradores optaron por llevarse a su esposa y al pequeño, abandonando la escena en una camioneta ploma rumbo a la autopista Pascuales.
Un contexto nacional marcado por el miedo
El caso ha generado indignación y temor tanto en el entorno futbolístico como en toda la sociedad ecuatoriana. No es para menos: Ecuador vive desde enero de 2024 bajo una declaratoria de ‘conflicto armado interno’ y su presidente, Daniel Noboa, ha calificado abiertamente como “terroristas” a los grupos criminales vinculados al narcotráfico que operan en el país. La provincia del Guayas —con Guayaquil como epicentro— se ha convertido en uno de los escenarios más crudos de esta escalada violenta.
La situación no es nueva para los habitantes ni para las figuras públicas. En los últimos meses, varios futbolistas, empresarios e incluso políticos han sido blanco de amenazas o secuestros. Sin embargo, este episodio ha alcanzado especial repercusión mediática por afectar a un deportista conocido y por el dramatismo con que se produjo: “Cuando los delincuentes se retiraban logré asomarme por una ventana y vi cómo escapaban con mi familia”, explicó Rodríguez entre lágrimas.
El hermetismo rodea las investigaciones
A día 24 de abril de 2025, la policía ecuatoriana mantiene total hermetismo sobre el operativo desplegado para dar con el paradero de la esposa e hijo del jugador. La Unidad Antisecuestros y Extorsión (Unase) y el Comité de Crisis lideran las pesquisas. Se han activado todos los protocolos previstos para casos extorsivos y Rodríguez cuenta ahora con protección policial permanente.
Hasta el momento no se han hecho públicos detalles sobre si los secuestradores han contactado con la familia ni si han solicitado algún tipo de rescate. El club Emelec ha optado por guardar silencio institucional mientras sus compañeros muestran su apoyo al jugador y exigen justicia.
Impacto emocional y consecuencias deportivas
El secuestro ha dejado tocado anímicamente al vestuario azul. El propio Emelec prepara su próximo compromiso frente al Técnico Universitario —correspondiente a la décima jornada del campeonato nacional— envuelto en un ambiente sombrío y con la incertidumbre sobre si podrá contar con uno de sus titulares habituales.
En redes sociales y medios deportivos se multiplican las muestras de solidaridad hacia Rodríguez. El mundo del fútbol ecuatoriano —acostumbrado a ser noticia por gestas deportivas— hoy clama por soluciones urgentes frente a una ola delincuencial que parece no distinguir entre clases sociales ni profesiones.
“La violencia no respeta camisetas ni fronteras. Hoy todos somos Jackson”, reza uno de los mensajes más compartidos entre jugadores profesionales.
¿Qué se sabe hasta ahora? Cronología rápida
- 2:50 am, 23 abril: Asalto armado en casa de Jackson Rodríguez (norte de Guayaquil).
- Secuestradores encapuchados preguntan por él; al no encontrarlo se llevan a su esposa e hijo.
- Huyen en camioneta gris rumbo norte.
- Policía acude tras aviso urgente; inicia operativo.
- El futbolista resulta ileso pero queda bajo custodia policial.
- Unidades especializadas investigan; hermetismo absoluto sobre avances o demandas.
Pronóstico: ¿qué esperar?
Con Ecuador sumido en una crisis sin precedentes —y el deporte convertido en objetivo colateral— todo apunta a que las próximas horas serán decisivas. Las autoridades confían en recuperar sanos y salvos a los familiares del jugador. No obstante, el escepticismo reina entre la opinión pública dadas las cifras recientes: según datos oficiales, solo uno de cada tres secuestros termina con liberación sin daños personales.
Mientras tanto, las casas de apuestas evitan pronunciarse sobre plazos o desenlaces. El propio Daniel Noboa ha prometido “mano dura” contra los responsables, pero muchos dudan que esto baste para frenar una violencia que se infiltra incluso en los hogares más protegidos.
Curiosidades sobre Jackson Rodríguez y los secuestros en el fútbol ecuatoriano
- Jackson Gabriel Rodríguez Perlaza tiene solo 26 años pero ya es titular indiscutible en Emelec.
- Su hijo secuestrado apenas tiene 5 años.
- No es el primer futbolista ecuatoriano afectado por episodios similares; otros jugadores han sufrido amenazas o extorsiones recientemente.
- En lo que va de año, Ecuador suma más casos mediáticos vinculados al deporte profesional.
- La modalidad empleada —ingreso violento y directo al núcleo familiar— es propia del crimen organizado asociado al narcotráfico.
- El propio club Emelec ha reforzado sus medidas internas de seguridad tras este suceso.
- A pesar del trauma, Jackson Rodríguez no ha emitido declaraciones públicas; su entorno asegura que prioriza colaborar con las autoridades.
- El caso podría marcar un antes y un después en las políticas deportivas relacionadas con la seguridad privada para futbolistas.
En este contexto tan sombrío solo queda esperar noticias positivas mientras Ecuador entero —y especialmente su hinchada— aguardan ansiosos un desenlace feliz para la familia Rodríguez.