La reunión entre el ministro de Economía, Carlos Cuerpo y el Secretario del Tesoro de los Estados Unidos (EE.UU.), Scott Bessen, ha sido de todo menos positiva, a diferencia de lo que asegura el Gobierno de Pedro Sánchez y sus terminales mediáticas.
Como si no fuera suficiente la diferencia entre los comunicados posteriores al encuentro, lo cierto es que la reunión nos sigue dejando en una posición comprometida, en especial luego de la visita del presidente de Gobierno a China en plena guerra arancelaria.
Washington afirmó en un duro y frío comunicado que el encuentro fue una “conversación franca” en el que reclamaron a España un aumento del gasto militar así como la abolición de la llamada ‘tasa Google’.
«Hoy, el secretario del Tesoro, Scott K.H. Bessent, se reunió con el ministro de Economía, Comercio y Empresa de España, Carlos Cuerpo. El secretario y el ministro han mantenido conversaciones francas sobre cuestiones relativas al comercio entre Estados Unidos y España. Durante sus conversaciones, el secretario Bessent destacó la necesidad de que España aumente el gasto en defensa en el contexto de la OTAN. El secretario también subrayó la continua oposición de Estados Unidos al impuesto sobre los servicios digitales aplicado por España y otros países, así como a otras barreras no arancelarias».
Por su parte, Cuerpo afirmó que veía “una puerta abierta a la negociación” luego del encuentro.
Sin embargo, lo más fuerte del asunto no es esta diferencia de puntos de vista sobre la reunión sino la decisión de la Administración Trump de retirar el apoyo y los fondos al AVE de Texas.
Los EE.EUU. han dado marcha atrás a la idea de conectar el polo Dallas-Fort Worth con Houston con un tren de alta velocidad. El proyecto había sido estimado en 5.300 millones de dólares y estaba asignado a Renfe.
Para justificar la decisión, el departamento de Transportes del país norteamericano afirma que ahora “cree que la construcción es poco realista y una empresa arriesgada para el contribuyente”.
Renfe había obtenido el contrato de la obra en 2021 y la compañía tenía previsto lograr unos ingresos de 6.000 millones de dólares hasta 2042.
La pérdida de este proyecto es un duro golpe a las cuentas de la compañía española y una muestra más de que las relaciones con los Estados Unidos están en un momento muy complicado y que la visita del ministro de Economía ha hecho muy poco para solventar.