LA FILTRACIÓN DE CONVERSACIONES PRIVADAS EXPONE LA VERDADERA OPINIÓN DE WASHINGTON

Trump y su administración critican a Europa en público y ponen de vuelta y media a sus dirigentes en privado

Un chat filtrado de altos funcionarios estadounidenses revela un desdén sin precedentes hacia los aliados europeos, poniendo en jaque las relaciones transatlánticas

Trump y su administración critican a Europa en público y ponen de vuelta y media a sus dirigentes en privado

No se cortan un pelo.

Y lo tremendo es que en privado son todavía más feroces.

Hoy, 26 de marzo de 2025, la administración Trump se encuentra en el ojo del huracán tras la filtración de una conversación privada entre altos funcionarios estadounidenses que revela una actitud despectiva y hostil hacia Europa.

Este incidente ha sacudido los cimientos de las relaciones transatlánticas y ha dejado a los líderes europeos buscando una respuesta ante lo que parece ser un cambio radical en la política exterior de Estados Unidos.

La filtración, publicada por el editor jefe de The Atlantic, expone una conversación en la aplicación Signal entre el vicepresidente JD Vance, el secretario de Defensa Pete Hegseth, el secretario de Estado Marco Rubio y el asesor de seguridad nacional Michael Waltz. En ella, los funcionarios no escatiman en críticas hacia los aliados europeos, utilizando términos como «pathetic free-loading» (aprovechamiento patético) para describir la actitud del continente.

El vicepresidente Vance, en particular, expresó su frustración por «rescatar a Europa nuevamente», en el contexto de las operaciones militares planeadas contra los rebeldes hutíes respaldados por Irán en Yemen. Esta operación, según Vance, beneficiaría principalmente a Europa, ya que el 40% del comercio europeo pasa por el Canal de Suez, en comparación con solo el 3% del comercio estadounidense.

La visión de Trump sobre Europa

La filtración no hace más que confirmar y amplificar la retórica pública de la administración Trump hacia Europa. El presidente ha acusado repetidamente a la Unión Europea de aprovecharse de Estados Unidos y ha amenazado con imponer aranceles del 200% sobre el alcohol producido en el continente.

Esta actitud se enmarca en una visión más amplia de la política exterior de Trump, caracterizada por un enfoque transaccional y una desconfianza hacia las instituciones multilaterales. El presidente ha cuestionado el valor de la OTAN, ha criticado los bajos gastos en defensa de los países europeos y ha adoptado una postura de «América Primero» que a menudo entra en conflicto con los intereses de los aliados tradicionales de Estados Unidos.

Reacciones y consecuencias

La filtración ha provocado una ola de indignación y preocupación en las capitales europeas. Los líderes del continente se encuentran ahora en la difícil posición de tener que responder a estas críticas mientras intentan mantener la crucial alianza transatlántica.

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha declarado que «la Unión Europea sigue comprometida con una asociación fuerte y mutuamente beneficiosa con los Estados Unidos, basada en el respeto mutuo y los valores compartidos». Sin embargo, fuentes cercanas a la Comisión admiten que la situación es «extremadamente preocupante» y que se están considerando diversas opciones de respuesta.

Un orden mundial en crisis

El incidente ha puesto de manifiesto la fragilidad del orden mundial actual y el papel cada vez más incierto de Estados Unidos como líder global. La administración Trump parece estar dispuesta a desmantelar el sistema de alianzas y acuerdos internacionales que ha sido la base de la estabilidad global desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Esta actitud ha dejado a Europa en una posición precaria, obligada a replantearse su papel en el mundo y su relación con Estados Unidos. Algunos analistas sugieren que esta crisis podría ser una oportunidad para que la Unión Europea asuma un papel de liderazgo más activo en la escena internacional.

El futuro de las relaciones transatlánticas

A medida que la crisis se desarrolla, queda claro que las relaciones entre Estados Unidos y Europa han entrado en un territorio desconocido. La confianza, elemento fundamental de cualquier alianza, ha sido severamente dañada, y reconstruirla requerirá un esfuerzo significativo por ambas partes.

Los próximos meses serán cruciales para determinar el futuro de las relaciones transatlánticas. Los líderes europeos deberán encontrar un delicado equilibrio entre defender sus intereses y valores, y mantener una relación de trabajo con una administración estadounidense cada vez más hostil.

Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación cómo uno de los pilares del orden mundial de la posguerra se tambalea. La incertidumbre es palpable, y las consecuencias de esta ruptura en las relaciones transatlánticas podrían tener repercusiones globales durante años.

En un mundo cada vez más complejo y multipolar, la crisis en las relaciones entre Estados Unidos y Europa podría marcar el inicio de una nueva era en la política internacional, una era caracterizada por la incertidumbre y la reconfiguración de alianzas y equilibrios de poder. Solo el tiempo dirá si esta crisis será un punto de inflexión hacia un nuevo orden mundial o si las fuerzas de la cooperación y el entendimiento mutuo prevalecerán en última instancia.

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