Vajo el nombre clave "Ovation"

Muere Oleg Gordievsky, el doble agente del KGB que escapó de la URSS

Este antiguo coronel se convirtió en una figura clave durante la Guerra Fría

Oleg Gordievsky
Oleg Gordievsky. PD

Oleg Gordievsky, considerado uno de los espías más influyentes del siglo XX, falleció pacíficamente en su residencia de Surrey, Reino Unido, a los 86 años.

Su muerte no está siendo tratada como sospechosa.

Este antiguo coronel del KGB se convirtió en una figura clave durante la Guerra Fría al desertar hacia Occidente y colaborar con el MI6 británico.

Nacido en Moscú en 1938, Gordievsky fue reclutado por el KGB en 1962 tras completar sus estudios universitarios.

Durante las décadas de 1970 y 1980 desempeñó un papel crucial dentro de la Primera Dirección Principal del servicio secreto soviético, supervisando operaciones tanto en Reino Unido como Escandinavia.

Sin embargo, lo que lo distinguió fue su decisión secreta de trabajar para Occidente desde mediados de los años setenta bajo el nombre clave «Ovation».

La fuga que desafió al Kremlin

En mayo de 1985, cuando estaba destinado a convertirse en jefe residente del KGB en Londres, fue llamado repentinamente a Moscú bajo sospechas crecientes sobre sus actividades encubiertas. Allí enfrentó interrogatorios intensos e incluso intoxicación química para intentar confirmar sus vínculos con servicios extranjeros. A pesar del peligro inminente —que incluía una posible ejecución— logró escapar gracias a una operación clandestina organizada por MI6: cruzó la frontera hacia Finlandia escondido dentro del maletero de un coche diplomático británico.

Una vez establecido definitivamente en Reino Unido ese mismo año junto con protección policial permanente debido al riesgo constante proveniente desde Rusia o antiguos aliados soviéticos; continuaría asesorando agencias occidentales acerca estrategias internas soviéticas hasta bien entrada década posterior caída muro Berlín.

Impacto familiar e histórico

La deserción tuvo consecuencias personales devastadoras inicialmente separándolo esposa Leila hijas Mariya Anna quienes permanecieron retenidas URSS varios años antes reunirse nuevamente Londres ya entrada década noventa . Sin embargo , legado profesional perdura habiendo proporcionado información vital ayudando contrarrestar amenazas globales provenientes bloque oriental .

Declarado traidor oficialmente Federación Rusa sentenciado pena muerte ausencia nunca revocada ; simboliza valentía resistencia frente régimen opresivo .

Series y documentales:

  • «Guerra de espías con Damian Lewis»: Esta serie explora casos reales de espionaje, incluyendo la historia de Oleg Gordievsky. En el episodio «El perfecto traidor», se narra cómo Gordievsky arriesgó todo para evitar una tercera guerra mundial y cómo realizó una de las fugas más audaces del espionaje.
  • «Spy Wars with Damian Lewis»: En el episodio «The Man Who Saved the World», se detalla el riesgoso papel de Gordievsky como agente doble y su impacto en la política internacional durante la Guerra Fría.
  • «Secrets & Spies: A Nuclear Game»: Esta serie documental de la BBC Two analiza el papel de los espías durante la Guerra Fría, destacando la figura de Oleg Gordievsky. La serie explora cómo su trabajo como agente doble para MI6 influyó en la política internacional y ayudó a evitar una guerra nuclear.
  • «The Silent Front: Spies and Secrets of the Cold War»: Aunque no se centra exclusivamente en Gordievsky, este documental revela una compleja red de espionaje durante la Guerra Fría, incluyendo la tensión en Europa del Este.

GRANDES ESPIAS

Durante la Guerra Fría

  1. Kim Philby y el Círculo de Cambridge:
    Kim Philby, parte del famoso grupo de los «Cinco de Cambridge», fue un agente doble británico que trabajó para la KGB soviética mientras ocupaba altos cargos en el MI6. Curiosamente, durante la Guerra Civil Española, se hizo pasar por un simpatizante fascista y fue condecorado por Franco, todo mientras espiaba para los soviéticos. Su traición no se descubrió hasta 1963, cuando huyó a Moscú tras años de filtrar secretos occidentales.
  2. Oleg Penkovsky, el espía que evitó una guerra nuclear:
    Este coronel soviético del GRU (inteligencia militar) pasó información clave a Estados Unidos y Reino Unido durante la Crisis de los Misiles de Cuba en 1962. Gracias a sus datos sobre las capacidades reales de los misiles soviéticos, JFK pudo negociar con Khrushchev sin desencadenar un conflicto mayor. Penkovsky fue ejecutado en 1963, pero su legado salvó millones de vidas.
  3. George Blake y su espectacular fuga:
    Blake, otro agente doble británico que trabajó para la KGB, filtró identidades de cientos de espías occidentales. Capturado y condenado a 42 años en 1961, protagonizó una fuga legendaria de la prisión de Wormwood Scrubs en 1966 con ayuda de otros reclusos y una escalera de cuerda. Vivió el resto de su vida en Moscú, donde murió en 2020 a los 98 años.
  4. Aldrich Ames, el traidor de la CIA:
    Ames, un oficial de la CIA, vendió secretos a la Unión Soviética durante los años 80 y 90, causando la ejecución de al menos 10 agentes estadounidenses infiltrados en la URSS. Curiosamente, su estilo de vida extravagante (compras de autos de lujo y una casa costosa) levantó sospechas, pero pasó dos pruebas de polígrafo antes de ser descubierto en 1994.
  5. África de las Heras, «Patria»:
    Esta española nacida en Ceuta se convirtió en una de las espías más destacadas de la KGB. Nacionalizada soviética, participó en misiones en Europa y América Latina, llegando al rango de coronel. Su vida clandestina incluyó hacerse pasar por una modista uruguaya mientras organizaba redes de espionaje en el Cono Sur.
  6. La moneda hueca de Rudolf Abel:
    Rudolf Abel (nombre real: Vílyam Fisher) fue un espía soviético arrestado en Nueva York en 1957. Una curiosidad es que lo delató un error: un agente soviético dejó caer una moneda hueca con microfilm que fue encontrada por un repartidor de periódicos. Abel fue intercambiado en 1962 por el piloto estadounidense Francis Gary Powers en el famoso «Puente de los Espías».
  7. El micrófono en el Gran Sello:
    En 1945, escolares soviéticos regalaron al embajador estadounidense en Moscú una réplica tallada del Gran Sello de EE.UU. como gesto de «amistad». Siete años después, se descubrió que contenía un dispositivo de escucha pasivo, uno de los primeros «bugs» de la Guerra Fría, que funcionaba sin cables ni batería, activado por ondas de radio externas.

Después de la Guerra Fría

  1. Robert Hanssen, el espía del FBI:
    Hanssen, un agente del FBI, espió para la Unión Soviética y luego para Rusia desde 1979 hasta 2001. Vendió secretos por más de 1.4 millones de dólares y usaba métodos ingeniosos, como dejar información en «puntos muertos» (lugares secretos). Fue atrapado en 2001 mientras colocaba un paquete bajo un puente, tras décadas de eludir sospechas.
  2. Anna Chapman, la espía moderna:
    Arrestada en 2010 en EE.UU., esta agente rusa formaba parte de una red de «ilegales» (espías sin cobertura diplomática). Su belleza y vida pública como empresaria en Nueva York la convirtieron en una celebridad tras su captura. Curiosamente, tras ser deportada a Rusia, se volvió una figura mediática y presentadora de televisión.
  3. Edward Snowden y la vigilancia masiva:
    Aunque no era un espía en el sentido clásico, Snowden, un contratista de la NSA, reveló en 2013 los programas de vigilancia global de EE.UU. Su fuite de documentos clasificados a la prensa marcó un punto de inflexión en la inteligencia moderna. Vive en Rusia desde entonces, donde recibió asilo, y su caso sigue generando debate sobre privacidad y traición.
  4. Oleg Gordievsky, el desertor reciente:
    Este exagente de la KGB, fallecido el 21 de marzo de 2025 (ayer, según la fecha actual), fue un doble agente clave para el MI6 británico. Escapó de Moscú en 1985 en el maletero de un coche diplomático tras ser sospechoso. Su información ayudó a Thatcher y Reagan a entender las intenciones soviéticas en los años 80. Su muerte marcó el fin de una era.

Curiosidades generales

  • Espías con vidas dobles: Muchos agentes llevaban vidas paralelas sorprendentes. Por ejemplo, Gordon Lonsdale (en realidad Konon Molody), un agente del KGB, se hizo pasar por un empresario playboy inglés, con autos caros y fiestas, mientras dirigía la Red de Portland en los años 60.
  • Tecnología ingeniosa: Durante la Guerra Fría, los espías usaron dispositivos como cámaras en cajas de cerillas, micrófonos en tacones de zapatos y tinta invisible. Después, la era digital trajo nuevos retos, como el hackeo y la criptografía avanzada.
  • Motivaciones diversas: Mientras algunos, como Philby, actuaban por ideología, otros, como Ames o Hanssen, lo hicieron por dinero. En el caso de Snowden, su motivación fue ética, lo que lo distingue de los espías tradicionales.

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