EL REPASO

Alfonso Rojo: “Se ha ido Bergoglio, el Papa Montonero, con el obispo Setien y los curas trabucaires”

Como decía en sus coplas el poeta Jorge Manrique: "Qué solos se quedan los muertos”

Siempre se ha dicho que España no tiene parangón a la hora de enterrar, pero no voy a sumarme a la elegía general por Jorge Mario Bergoglio.

Mentiría si dijera que la muerte del Papa Francisco me tiene sumido en el dolor y que lamento con tristeza infinita que este lunes, 21 de abril de 2025, recién concluida la Semana Santa, se haya ido al otro barrio.

Nunca me gustó este Sumo Pontífice de aires peronistas, que parecía afiliado al Grupo de Puebla y sintonizaba mucho mejor con el socialista Sanchez y con el follonero Évole que con el Padre Cantera y los benedictinos del Valle de los Caídos.

Que en los 12 años y un mes que ha estado ocupando el Trono de San Pedro no encontrara un día para visitar España, como poco, es mosqueante.

Alegaba el paisano, que hizo 45 viajes y pisó 61 países, que prefería las naciones periféricas pero la realidad es que fue a Estados Unidos y cuando los periodistas le preguntaron durante un vuelo a Marruecos si planeaba ir a España, respondió mohíno: “Iré cuando haya paz”.

Y en otro vuelo, hacia Emiratos Árabes Unidos, añadió: “Primero tienen que ponerse de acuerdo ustedes”.

Por si a alguien no le había quedado claro el mensaje, lo remachó en 2021 instando a los españoles a “reconciliarse con su propia historia”, promoviendo un “proceso de diálogo y reconciliación”.

Que un prelado que era Provincial de los Jesuitas en Argentina, durante los años terribles de la dictadura militar y el terrorismo montonero, nos viniera a dar lecciones a nosotros, me pareció una osadía.

Nunca le oí condenar las torturas chavistas en el Helicoide de Caracas o las aberraciones del sandinista Ortega en Nicaragua.

O alzar las voz tajante en defensa de los cristianos masacrados como corderos en Africa o en Oriente Medio.

He entrado en esa fase de la vida en que se albergan más dudas que certezas, pero me da a mi que el Papa Bergoglio está ya con el nefasto obispo Setien y con algunos de los curas y obispos trabucaires del separatismo catalán.

En ese lugar de la otra vida a la que no van los buenos.

Como decía en sus coplas el poeta Jorge Manrique: «Qué solos se quedan los muertos”.

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